Las mujeres más importantes en la vida de Diego Armando Maradona fueron seis. Doña Tota, su mamá, la persona que le dio la vida. Claudia Villafañe, su primera novia y su esposa de siempre. Sus tres hijas, Dalma, Gianinna y Jana. Y la pelota, esa que prácticamente lo acompañó hasta el último de sus días.
Hace 15 años, la temporada televisiva 2005 se vio sacudida por un hecho inusual. Un Diego Maradona lúcido como pocas veces se puso al frente de La Noche del 10, un programa de televisión de nivel internacional que emitió Canal 13 con enorme suceso. En uno de los momentos cumbre del ciclo, el 10 se entrevistó a sí mismo.
No sólo eso. En un momento de la charla, "un Maradona" le preguntó al otro por su vejez. "No puedo soñar envejecer con Claudia porque no tengo ninguna posibilidad, aunque es lo que yo soñaba. Envejecer con ella y con mis nietos significaría tener una muerte tranquila". La maldita muerte presente en la entrevista.
Entonces, el Diego "periodista" quiso saber qué pondría en su propia lápida. "Gracías por haber jugado al fútbol porque es el deporte que me dio más alegrías y más libertad. Yo toqué el cielo con las manos gracias a la pelota" se respondió a sí mismo.
Pero después le preguntó por Claudia. Más precisamente, qué le gustaría que ponga Claudia en su lápida. "Ah... qué pregunta... Que diga "Ayudame Diego" y "Aunque estés muerto te sigo amando". Lo mismo para mis hijas. Que me digan "Te amamos". Nada más". El que no llora con eso no quiere corazón.