Violencia de genero: relaciones tóxicas – Revista Paparazzi

Relaciones tóxicas: a qué situaciones y a qué frases hay que estar atentos para identificarlas

Las conductas controladoras, que configuran violencia sicológica, suelen anteceder o acompañar a las agresiones físicas.
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Las relaciones tóxicas son un caldo de cultivo explosivo para la violencia de género. El hombre que controla a la mujer es probable que incurra, en algún momento del vínculo, en una agresión física. Y como ciertas situaciones se habían naturalizado por la cultura machista y patriarcal que aun existe, a veces es difícil identificarlas, ya sea desde adentro o también desde afuera. Hasta para los grupos de amigos o familiares es costoso darse cuenta de que "algo está pasando".

En las redes sociales se multiplicaron algunas palabras muy claritas: "El tóxico", "date cuenta amiga" o "salí de ahí" son algunas de ellas. Las nuevas generaciones, mayoría en esos ámbitos digitales, seguramente serán mejores y tendrán más elementos a mano para enfrentar esta grave problemática, pero mientras tanto hay que hacer algo. Y ya.

EL HOMBRE TOXICO, OTRO PROBLEMA PARA LAS MUJERES.

Además de tomar conciencia, es bueno saber cómo identificar que se está en una historia de ese tipo, enfermiza y peligrosa. Como reconocer que el otro es tóxico es un buen primer paso para no llegar a situaciones más graves. El resto -todos, hombres y mujeres- debemos tener las "antenitas prendidas" para advertir conductas de este tipo, y actuar antes de que sea tarde.

A los tóxicos les salta la ficha, muchas veces, cuando cuestionan las vestimentas de las mujeres: se quejan por cualquier prenda que consideran corta, ajustada, provocativa o innecesaria.

Precisamente las redes sociales son, en esta época, un buen "detector" de tóxicos. El hombre que cuestiona cualquier tipo de interacción con otras personas es candidato a serlo. Las frases que más se escuchan son "pero vos estás todo el tiempo en línea", "¿Por qué le diste me gusta?", "¿Quién es esa persona que aceptaste?", "¿Por qué te comenta tanto las fotos?", "¿Era necesario poner esa foto?" o cualquier tipo de desmerecimiento a la figura o a la imagen.

HAY QUE SALIR A TIEMPO DE LAS RELACIONES DE ESTE TIPO.

La ropa es otro elemento que permite descubrir a los tóxicos, quienes suelen explotar por cualquier prenda que consideren "corta", "ajustada", "llamativa" o directamente "inadecuada". Si una mujer escucha "¿Eso te vas a poner?", ¿Estás buscando que te miren, no?", "¿Para quién te vestís asi?", "Te vestís como una trola" o "sacate eso", más vale huir de la relación o pedir ayuda a alguien cercano: siempre hay amigos, familiares, conocidos o profesionales con quienes contar.

Otra cosa que los pone en evidencia son las redes sociales. Al cabo de un tiempo de sonrisas, empiezan los cuestionamientos por las fotos, los me gustas o las charlas. ¡Hay que salir de ahí!

Otro comportamiento habitual de los tóxicos en ponerse en víctimas y, desde ese lugar, justificar sus conductas. Probablemente después de protagonizar un hecho de control o de maltrato, dirán "¿No ves cómo me ponés?", "Esto es tu culpa", "Me arruinaste la vida", "Te dije que no me gusta que hagas esto, pero lo hacés igual" o "después se quejan cuando les pasa algo". Cualquiera de esos enunciados enciende la luz roja y hace sonar las alarmas.

EL TOXICO PRETENDE CONTROLAR A LA MUJER, Y UTILIZA TODOS LOS MEDIOS QUE TIENE A MANO, HASTA LOS TECNOLOGICOS.

Como si no le alcanzara con agredir a su pareja, los familiares y los amigos también son alcanzados por los dardos del tóxico, que en sus recorridos violentos suelen expresar "Ya sabés que tu familia está en mi contra y te llenan la cabeza", "las putas de tus amigas", "esa es una boluda", "¿Estuviste hablando con tu amiga y te habló mal de mi, no?", "Ese se hace al amiguito pero sólo te quiere dar". También son signos de alerta.

También están las amenazas, que llegan ya en un estadío más avanzado de la situación de control o cuando la mujer intenta salirse de la relación. "Juralo", "Sos lo único que tengo, no puedo perderte" o la más típica y repetida: "si me dejás, me/te mato". El amor es vivir, es libertad, es comprensión, es acompañarse en las buenas y en las malas y es respeto por cada decisión -cualquiera sea- que tome el otro. No es violencia, no son restricciones, no es prohibir ni cohibir, ni mucho menos muerte.

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