El amor se disipó, se esfumó de las manos como un puñado de arena y se transmutó en otro sentimiento. Benjamín Vicuña y la China Suárez rompieron para siempre su lazo amoroso, ese que los ató durante casi seis años y del que se convirtieron en padres de Magnolia y Amancio.
Allá a los lejos, por septiembre del año pasado, el chileno pateó toda la estantería y salió a gritarle al mundo que no existía ni un resabio de posibilidades para recomponer la pareja con María Eugenia. Desde ahí se suscitaron un sinfín de situaciones para cada uno de los actores.
La China nadó por las aguas de la polémica más impresionante con su relación clandestina con Mauro Icardi, la que alimentó durante meses por chat y la que concretó en una hotel de pasión en un hotel de París. Por su parte, Benjamín lamió las heridas y se encontró con el amor de Eli Sulichin.
En todo este periodo se los abordó a Suárez y Vicuña para tratar de dilucidar cómo quedó la relación, dado que deben permanecer conectados por un hilo para siempre por sus hijos. Y ahora, Benjamín optó por no responder más ante las preguntas de los periodistas de cada paso de su ex.
Evidentemente el canal de comunicación entre María Eugenia y el chileno se desactivó, al menos por lo que informaron en Socios del espectáculo, donde Luli Fernández se animó a aseverar que el diálogo no late entre ellos y que incluso solo utilizan como interlocutores a sus abogados.
La panelista narró lo que averiguó del círculo más íntimo de la ex pareja y bramó: "Entre ellos se cortó el contacto. Algunos me dicen que es para siempre. Solo hablan a través de abogados”. Un panorama desconocido, aunque se sospechaba.