Una de las amistades más sólidas del medio es la de Evangelina Salazar y Ana María Picchio, quienes se conocieron en los años 70 en la filmación de El Santo de la espada y desde ese momento fueron inseparables. Hasta que, por motivos aún inexplicables, incluso para ellas, se distanciaron durante años.
Y fue Julieta Ortega quien las acercó nuevamente cuando, en su infancia, mamá Evangelina le reveló que esa actriz que la hacía emocionar en la telenovela Andrea Celeste, con Andrea Del Boca, era nada menos que su madrina, Ana María.
Desde ese momento, Julieta se obsesionó en conocer a la amiga de su madre, quien se convertiría en su mentora en la actuación, llevándola a conocer estudios de TV y las bambalinas de los teatros, cuando ella decidió que quería ser actriz.
“Las amigué yo porque mi mamá tuvo que llamarla y decirle ‘Ana María, tu ahijada te quiere ver’”, contó la actriz que actualmente brilla en Sex, viví tu experiencia, en el programa de Jey Mammon en Net TV, sobre ese reencuentro que unió a las dos mujeres, una vez más.
LA AMISTAD CON IDAS Y VUELTAS DE ANA MARÍA PICCHIO Y EVANGELINA SALAZAR
Pero el destino les tendría reservados nuevos sinsabores en el futuro, particularmente en los años 2000, cuando murió la madre de Ana María y Evangelina no estuvo cerca suyo para atravesar ese duro momento.
“Hace dos meses murió mi madre y ninguno de ellos se acercó”, se lamentó la Picchio a la revista Pronto sobre la actitud de su amiga y el clan Ortega, y agregó, sin querer ahondar en detalles: “El enojo venía de antes. Fueron varias cosas que se fueron sumando”.
Sin embargo, el correr de los años fue limando las asperezas y el cariño mutuo pudo más. En la premiere de la película de Luis Ortega, Caja Negra, las mujeres volvieron a verse. “Hubo que aplacar los egos para reconciliarnos”, aseguró Picchio, y sumó: “En estos momentos, la relación que hay entre nosotras es mucho más sincera, más linda y más adulta”.
