Su esplendor se dio en los años 90. El manager de modelos, Ricardo Piñeiro era uno de los más reconocidos en el terreno de la moda, glamour y modelaje. Sin embargo, en el 2011 el empresario se alejó de todo y cambió radicalmente su vida.
“A veces delegar te sale caro. No puse el foco en la parte contable, que estaba a cargo de dos personas de mi máxima confianza. Ellos especularon con mi falta de atención a los números y un día no hubo plata para pagarle a nadie. Fue el momento más conflictivo y doloroso de mi vida”, comenzó diciendo.
Tras la estafa, el representante decidió refugiarse en su chacra “La Paternita” ubicada en San Andrés de Giles, en donde vivió varios años. Sin embargó se encontró con su peor fantasma: el alcohol.
“Fueron tiempos de muchísima tristeza y angustia. El campo es muy lindo, pero muy solitario. La soledad es peligrosa, te lleva por caminos oscuros. Empecé a tomar solo en casa, en la chacra las cosas se pusieron más serias”, relató sobre la lucha que tuvo contra las adicciones”, contó Ricardo.
Tras su adicción, Piñeiro contó que asistió a Alcohólicos Anónimos, donde lo ayudaron a superar su enfermedad. “Fui a Alcohólicos Anónimos. Salí con fe y voluntad. Asumí el compromiso de no dañarme más y retomar mi vida, que era la de un tipo sano. Dejé las carnes rojas hace 30 años, el pollo hace dos y siempre hice deporte. El alcohol realmente no tenía nada que ver conmigo. Desde hace tres años que no tomo ni una sola gota”
EMPECÉ A TOMAR SOLO EN CASA, EN LA CHACRA LAS COSAS SE PUSIERON ,ÁS SERIAS.
Su cambio de vida
A pesar de su época oscura, Ricardo Piñeiro sostuvo que su adicción lo “ayudó a acercarse más a la iglesia”. “Ahora, trabajo como voluntario en las Esclavas. Le damos de comer a gente que vive en la calle y siento que tengo mucho para contarles desde mi propia experiencia”.
Hacia el final, les brindó un consejo a todas las personas que pasaron o están pasando por una situación similar o igual a él- “No hay que tener vergüenza. Esto se puede pasar a cualquiera. De hecho a mucha gente le pasa, no lo cuenta y para mí es un error. El primer paso es aceptarlo y contarlo”, cerró.