Como no podía ser de otro modo la casa del periodista Roberto Funes Ugarte (46), conocido por la gran mayoría del público como Robertito, es antigua y elegante. Ubicada en el partido de Vicente López, el mendocino abrió sus puertas cuando ofició de anfitrión en el programa Divina comida y en varias oportunidades más.
Un cartel que reza Lo de Funes recibe a quien llega hasta la casa del conductor. Orgulloso, contó que dejó una seña por la casa sin verla por dentro. “Un día iba en bicicleta y vi esta casa. No tenía cartel ni nada. Mi hermano me dijo que era para demolerla. Llegué a una inmobiliaria que tenía el contacto de otra inmobiliaria, y así…”, relató.
“La señé sin ver por dentro. Era como la casa de Psicosis (la película). Traje al padre Manolo con agua bendita”, siguió.
La casa se alza con un estilo único, antiguo y glamoroso. Madera oscura y sillones con tapizados bordeaux abundan. Una mesa oval, de madera maciza y sillas con tapizado también bordeaux integran el comedor. Grandes candelabros, heredados de su abuela, reposan sobre la mesa.
“No había nada, sólo paredes. ¿Cómo la hice? Viviéndola. Viví cinco años en obra. ¡Cinco!”, reveló. “Ahí empecé un raid para dejarla como yo creía había sido en el 1900. Primero armarle las arterias, cloacas, cañerías, gas, el sombrero que es el techo buscando piezas antiguas. Son tejas francesas. Yo aproveché las vigas, la pinotea, los herrajes…”, detalló.
“Después los muebles. Me fui a París y compré los tapizados”, contó. “Como es una casa clásica, lo que te da el touch son las obras de arte. La casa habla por uno. Es la carta de presentación y el refugio”, explicó el periodista mostrando los grandes cuadros que adornan el hogar. “Cuando vine a Buenos Aires dije: ‘Quiero tener mi propia casa’. Y lo logré. Para mí es mi mayor obra”, finalizó emocionado.