Y un día, Rocío Rial habló y dijo de todo. Luego de años de vivir a la sombra de su hermana Morena, de refugiarse en el bajo perfil, siempre incondicional a papá Jorge, Rocío rompió el silencio en un móvil de A la tarde y al fin se le conoció la voz.
Arrinconada por las circunstancias, Rocío se plantó en la vereda de enfrente de Morena, dejó en claro que no quiere tener más relación con ella luego del ventilador mediático con el que incendió a su padre luego de sufrir un infarto en Colombia y hasta se refirió a su madre adoptiva, Silvia D´Auro.
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Según manifestó, Rochi (así la llaman sus íntimos) pudo procesar su infancia de maltratos en la casa de Rial y D´Auro de una manera distinta a Morena. Así lo hizo ver cuando el cronista de América le preguntó por la ex esposa del conductor, que vive en Punta del Este y no tiene interés en retomar el lazo con ellas.
“Silvia quedó en el pasado. Desde el 2012 que no tengo relación. La vi una vez en el 2016, ponele, y después no la vi más. Siento lo mismo que Morena, pero con un poco menos de odio profundo pero porque yo voy al psicólogo y lo hablo”, señaló la joven de 23 años.
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Luego, la hija de Rial indicó que no quiere reencuentro con la mamá de su sobrino, que la tildó de “perro de Rial” luego de estas declaraciones. “Sinceramente, me rompe mucho las pelotas lo que estuvo diciendo últimamente. No me interesa ni un poco lo que tenga que decir”, dijo.
“No importa cuánto perdón pidas después, cuando se te pase la locura, de esto no se vuelve”, marcó Rocío, y luego dijo que quiere seguir viviendo tranquila, lejos de la exposición que tiene su hermana: “No quiero que mencionen mi historia, mi pasado ni mi futuro”.
