Siempre quiso tener tres hijos, y en el próximo trimestre a Sabrina Garciarena (36) se le cumplirá su anhelo. Embarazada de seis meses, la actriz hizo una de sus últimas escapadas antes de dar a luz con un objetivo claro: vacacionar en familia. Junto con su pareja, Germán Paoloski y sus dos hijos, León (5) y Beltrán (2) se instalaron en Punta del Este.
Por largos días, la futura mamá de una nena –el nombre será el de la abuela del conductor del Noticiero de la gente, en Telefe, pero no lo quieren revelar hasta el nacimiento–, descansaron, la mayoría del tiempo, de a cuatro. Excepto cuando la mamita y el periodista tenían que cumplir juntos o por separado con compromisos laborales en eventos o para distintas marcas, como les suele ocurrir a todos los famosos que en enero se instalan en esa selecta zona uruguaya. Durante la primera y segunda parte de la gestación, Sabrina optó por no trabajar, a diferencia de sus embarazos anteriores. Y reservó sus energías para cuando la pancita estuviese crecida y ya se sintiese bien para hacerlo.
¡Una pinturita! “Tenemos dos varones y es una experiencia maravillosa. Nos llenan de amor todos los días y ahora estamos felices de completar la familia. Es una bendición lo que estamos viviendo. Estábamos felices con los varones pero fue una sorpresa divina que venga una nena. Me sentí mal bastante tiempo de este embarazo, así que pensé que podía ser mujer. Ahora ya estoy bien. La idea fue que se llevaran mínimo tres años entre los chicos para poder atenderlos como corresponde. Me gusta poder darle el tiempo que necesita cada uno”, contó Garciarena.
“Estar embarazada me pone muy cuidadosa. No me da miedo pero sí me hago todos los estudios, me lo tomo con mucha seguridad. Antes de ser madre era una persona muy distraída. Ahora, con mis hijos, me tengo que anotar todo y poner mis alarmas… vengo bastante bien así”, se sinceró. “Ser mamá me enseñó muchas cosas, pero sobre todo a amar sin fin. ¿Hay algo más lindo que el amor hacia los hijos? Es un amor eterno”, confió.
Elegidos. Sabrina y Germán están juntos hace más de un década. Y siempre, a pesar de la distancia en kilómetros que pudo separarlos, de las dudas sobre el compromiso o las prioridades laborales de cada uno, volvieron a elegirse. Y hoy tienen una gran familia que, en los próximos meses, sumará a una nueva integrante y significará un nuevo orden entre todos. Por estos días, todavía cada uno de los varoncitos tiene su cuarto por separado, pero en breve la realidad cambiará.
Los dos nenes empezarán a compartir habitación para dejar un cuarto libre a la beba que está llegando. Igual, las puertas abiertas al cuarto de mamá y papá seguirán como hasta ahora, que muchas veces duermen de a cuatro, un poquito apretados pero rodeados de mucho pero mucho amor.
“Es difícil, no voy a mentir, estar los cuatro en la cama. Tenés que buscar los momentos para la intimidad con Germán, pero por suerte nos pasan las dos cosas fundamentales en la pareja… el amor sigue igual, no noto cambios. Y la pasión está presente desde siempre. Por suerte, con el embarazo no me pasó eso de decirle a Germán: andate, no te quiero ni ver. Me pasa más cuando tengo al bebé, que tengo unas semanas… Tiene que ver con las hormonas, y el otro sigue con su vida como que nada pasa”, compartió. En una playa junto al mar…
