El domingo llegó a su fin Bake off, el reality sobre pastelería que generó un verdadero suceso en la televisión abierta. Samanta Casais, quien fue descalificada por no ser una pastelera amateur, pudo hacer su descargo en un diálogo con Cortá por Lozano.
"Lo que más me pesa es lo más lindo, que es haber estado en esa carpa maravillosa y haber conocido gente maravillosa", expresó la finalista del programa y reconoció que lo más duro fue el acoso cibernético que padeció.
"Durante estas últimas tres semanas no la pasé bien con todo lo que se dijo de mí. Fue muy fuerte, las redes son muy crueles. Lo hablo en una forma generalizada... me tocó a mí, pero hay mucha gente que sufre mucho”, explicó la participante.
Y agregó: “Hay que tomar más consciencia, ser más empáticos. Detrás de cada uno hay una persona y es importante destacar eso. No sabemos por qué situación estás pasando. No puedo opinar sin conocer. Eso fue lo que más me afectó de todo".
Con respecto a la acusación de haber mentido sobre su experiencia como pastelera profesional, Samanta argumentó: "No fue una mentira, cometí un error, una mala interpretación en el formulario que quizás hubiese estado bueno preguntar antes de completarlo. Siempre destaco de las personas que sean transparentes y yo lo soy".
"TUVIMOS UN PEQUEÑO EMPRENDIMIENTO FAMILIAR QUE DURÓ UN AÑO. VENDÍAMOS VIANDAS PARA SOBREVIVIR. NO HABÍAMOS PASADO UNA BUENA SITUACIÓN ECONÓMICA. NO FUE UNA PASTELERÍA, NI ERA MANO DERECHA DE OSVALDO GROSS, NI NADA POR EL ESTILO".
Pese a que la producción ya había decidido descalificarla, Samanta aceptó estar presente en la final. "Me dijeron 'no es obligación que vengas, se va a filmar igual'. Fui con la frente bien el alto y porque la competencia fue leal y llegar a donde llegué fue sincero", contó. Sin embargo, luego reconoció: "En un momento dije 'qué mierda hago acá'".
Sobre el motivo de su descalificación, Samanta explicó: "Omití información que no me pareció trascendente, pensé en lo que se me preguntaba y respondí de esa manera. Tuvimos un pequeño emprendimiento familiar que duró un año. Vendíamos viandas, milanesas, empanadas para poder sobrevivir. No habíamos pasado una buena situación económica para afrontar la situación del momento. No fue una pastelería ni era la mano derecha de Osvaldo Gross, ni nada por el estilo".
También se refirió a su paso por Café San Juan. "En San Juan hacía entradas, era ayudante de cocina, nada tenía que ver con la pastelería como se dijo. Presenté los recibos de sueldos y quedó súper aclarado", explicó.
Por último, Samanta contó que sueña con dedicarse a la pastelería y pidió clemencia. "Se desvirtuó todo mucho y simplemente soy una soñadora que quiere hacer tortas. Se fue todo muy de tema. Somos seres humanos ante todo, cometer un error y admitirlo creo que es importante. Estar al frente y que se sepa la verdad, que es la mía, y que eso no me va a impedir hacer la carrera de pastelera", cerró.