El último domingo, lo que era una polémica final para Samanta Casais terminó siendo una sorpresa para la mayoría de los espectadores y una verdadera pesadilla para ella.
A consecuencia de la “presión” que ejercieron las redes sociales al descubrirse que había trabajado como pastelera profesional, la final de Bake off, que fue grabada hace un año, tuvo que reformularse.
Un día antes, en la intimidad de los estudios de Pilar, la concursante que se había alzado con el premio de El gran pastelero amateur debió volver a grabar instancias finales con su competir, Damián Basile.
Con pico de rating se conoció que el programa decidió descalificarla, se quedaba sin el premio monetario de 600.000 pesos y era el participante rosarino quien se consagraba como triunfador, en un segmento capitaneado por el jurado porque Paula Chaves había dado a luz .
Los primeros días post resultado ya pasaron y ahora la morocha, en un móvil con Intrusos en el espectáculo, se sinceró sobre lo difíciles que fueron sus últimas semanas.
"Me ofrecieron un psicólogo pero finalmente me quedé con el que me trata hace un tiempo, y me siento más segura", se sinceró Samanta
“Llegó un momento en que quise desaparecer del mundo”, confesó Casais, por primera vez, con una frase más que significativa, y que abrió la puerta a la repregunta.
EL SOSTEN
“Mi novio fue muy importante durante todo este tiempo porque me fue sacando adelante. Me despertaba a la mañana y me hacía salir de la cama”, reconoció la experta en tortas, sobre la persona que la ayudó a salir adelante en medio de la catarata de críticas.
“La producción (del concurso de pastelería) siempre se portó muy bien conmigo. Me ofrecieron un psicólogo pero finalmente me quedé con el que me trata hace un tiempo, y me siento más segura”, reconoció Samanta.
“Estuve con un psiquiatra un tiempo porque necesitaba dormir y no estaba pudiendo. Estuve medicada. No podía dormir por las noches por todo lo que pasaba en redes sociales”.
“Fue demasiado y por eso estuve con psiquiatra”, explicó la pastelera, para explicar los motivos que la llevaron a necesitar ayuda médica de un especialista en salud mental.
"Pagué un precio demasiado caro por esta fama. Llegaron a desarme la muerte. Quiero amor y paz", reflexionó Samanta
“Pagué un precio demasiado caro por esta fama. Llegaron a desarme la muerte. Quiero amor y paz. Lo más importante es la paz mental. Lo estoy logrando, de a poco y con ayuda”. Es de entender que el correr de los días seguramente calmará las aguas.
Hoy por hoy, Samanta se limita a compartir recetas en redes sociales. Falta un tiempo para que quiera volver a mostrar en videos o en un vivo.
Paso a paso es la mejor forma que encontró para hacerle “frente a frente” a su nueva e impactante cuestionada realidad.