Dani La Chepi ya había cosechado un gran número de fanáticos en las redes sociales. Pero con su aparición en la segunda edición de MasterChef Celebrity las cosas se incrementaron de manera considerable.
Miles de personas que se sumieron en Instagram para darle un “seguir” y continuar viendo sus travesuras diarias a pesar de haber abandonado el reality de cocina.
Sin embargo, no todo fue color de rosas en la vida de la influencer, y es que Daniela Viaggiamari decidió abrir su corazón y confesar los difíciles momentos que atravesó, no solo con sus relaciones, sino también con sus adicciones.
A pesar de haber logrado alejarse del alcohol, problema que tuvo tanto ella como su papá, La Chepi continúa batallando día tras día para dejar atrás el cigarrillo, y aunque de a poco lo va logrando, las recaídas suelen ser las peores etapa para ella.
En una intensa entrevista con la revista Pronto, la cantante confesó que ya lleva más de una semana sin acercarse a “un pucho”: "Al día de hoy van 11 días que no fumo pero para mí es como un año y medio. Siento que es un montón de tiempo. Cada día es un día más”.
“El cigarrillo es una de las peores drogas que hay porque es legal, lo podés comprar en cualquier kiosco y puede comprarlo cualquier persona”, reflexionó Dani.
Asimismo, sorprendió al confesar que su vínculo con el cigarillo comenzó desde muy jovencita: "Empecé a fumar a los 13 años. Me fui de vacaciones a Villa Gesell con unas amigas y me acuerdo el día que empecé a fumar porque está la foto de esas vacaciones en la casa de mi mamá y cuando la miro, recuerdo el día que fumé por primera vez".
Y explicando los motivos que la llevaron a probar su primera pitada, agregó: "Fumaba porque era moda fumar. Todos en la tele y en las películas salían fumando y el que fumaba era canchero. Gracias a Dios, hoy está de moda no fumar, ser vegetariano y todo lo sano".
Ahondando en los detalles de su adolescencia, la comparó con la actual etapa que transita con su hija Isabella y acotó: "A los 13 no podía volver a mi casa con un pucho ni con olor porque mi papá me reventaba la cabeza. Ese fue uno de los errores también, que en mi casa no se hablaba bien del tema".
“Si volvía con olor a pucho, mi viejo me decía: 'Yo te llego a enganchar con un paquete de puchos y te rompo la cabeza'. Como típica adolescente, cuanto más me decía eso mi viejo, más fumaba yo a escondidas. Empecé así mandándome las primeras cagadas", agregó demostrando su rebeldía.
"Cuando uno es adolescente se empieza a rebelar. Empecé así fumando a escondidas y no me daba cuenta del peligro en el que me estaba metiendo. Fumaba, dejaba, fumaba, dejaba y después estuve casada tres años y medio con un tipo que era parecido a mi viejo", recordó con dolor, reviviendo aquellas malas épocas.
Y es que según sus palabras, La Chepi mantenía una relación complicada en donde su pareja la obligaba a actuar como él imponía: "Yo tenía 21 años y el chabón me decía cómo vestirme y cómo no vestirme, cómo me tenía que poner para tener relaciones, si podía gemir o no. Me manejaba la vida y, entre tantas cosas, no me dejaba fumar. Si volvía con un poquito de olor, le mentía".
"Le decía que en los shows o en Sábado bus hay uno de los técnicos que fuma mucho. Me lavaba tanto los dientes que tengo las encías retraídas y un gran quilombo periodontal por el exceso de cepillado", agregó.
"Estuve casada tres años y medio con un tipo que era parecido a mi viejo. Me comí las encías porque yo me lavaba, me lavaba y me lavaba para que mi marido no me oliera…"
Entrando en detalles de cómo se lastimó la dentadura por querer ocultar, contó: "Me comí las encías porque yo me lavaba, me lavaba y me lavaba para que mi marido no me oliera… Mi viejo tendría que haberme agarrado y decirme: '¿Vos querés fumar porque te creés mil y qué se yo? Bueno, fumá pero fumá acá conmigo y que yo te vea'. El tema es que eso no pasó nunca".
"Como yo fumaba a escondidas, no me alcanzaba con uno. Quería fumar 20 a la vez porque sabía que cuando entraba a mi casa no iba a poder fumar más. Cuando me casé dejé de fumar y el día que me divorcié volví a fumar con todo", recordó con pesar la influencer.
Además, Virginia confesó que el día en que se separó de su marido fue uno de los peores en donde su adicción brotó como nunca: “El día que me separé me fui a Iguazú a cantar al hotel Gran Casino Iguazú y ese día me habré fumado 50 cigarrillos, uno detrás del otro. De hecho, me quedé sin voz de la cantidad de cigarrillos que había fumado”.
“Mi ex marido no me dejaba fumar, no me dejaba cog… como quería, no me dejaba ponerme tacos y ahora que estaba libre quería hacer todo eso junto. Así me mandé las grandes cagadas de mi vida. Hoy pienso: ¡Qué boluda!”, se burló de aquella difícil noche y, también, mostrándose orgullosa de su gran cambio.
Pero siempre existe un punto de quiebre que a uno le hace decir “hasta acá”, y para La Chepi ese día fue cuando se enteró que estaba embarazada de su pequeña: “El día que supe que estaba embarazada, no fumé ni tomé más alcohol. Estuve mucho tiempo medicada por alcoholismo. Al igual que mi papá, sufrí el alcoholismo. Cuando me divorcié, me desaté por todo lo castrada que había estado”.
“Recuerdo que hacía teatro en Mar del Plata y ahí empecé a escabiar groso. Salía con un tipo casado, un desastre lo mío pero estaba enamorada y le creía a él que me decía que iba a separarse por mí. Recuerdo que volví a Buenos Aires, estaba mirando la película V de venganza con un vino tinto a las 2 y media de la tarde, agarré la máquina de cortar pelo, me arranqué las extensiones, me corté con la tijera y me rapé”, continuó detallando.
"Estaba en un momento muy oscuro y al igual que mi padre, ahogaba mis penas en lo errado: pucho y alcohol. Más de eso no pasé pero era mucho alcohol todo el tiempo"
“Estaba en un momento muy oscuro y al igual que mi padre, ahogaba mis penas en lo errado: pucho y alcohol. Más de eso no pasé pero era mucho alcohol todo el tiempo. Un día mi psicóloga me dijo: ‘Bueno, Dani, hasta acá llegamos y necesito que empieces el psiquiatra para hacer un tratamiento de verdad’. Eso sumado a la terapia, que nunca la dejé”, concluyó.
En cuanto al cigarrillo, Dani retomó apenas dejó de darle la teta a Isabella ya que el papá de su hija se encontraba desempleado y ella tuvo que ir a trabajar a los tres meses de dar a luz: “Me quería quedar con la bebé pero no me quedaba otra y volví a la radio. Entonces, ella empezó a tomar mamadera y yo empecé a fumar cada vez más. Después me separé del padre de Isa y como me quedé sin laburo, mangueaba para los puchos. Siempre tenés una excusa para volver: que estás nerviosa, que te pasa tal cosa...”
Pero los años pasaron, Isa entendió más algunas cuestiones, y le pidió que por favor deje de fumar ya que ya había sufrido una neumonía y aún continúa con problemas intestinales: “El humo del cigarrillo te hincha la panza y el cirujano me dijo: ‘Dani, estaría buenísimo que por lo menos aflojes con el pucho’. Aflojaba y volvía hasta que me pegué un flor de cagazo e Isa me dijo: ‘Basta mamá’. Por mí y por Isa dejé. Pensé: “Mañana puedo no ver más a mi hija, ¿por qué? ¿Por un pucho? ¡No, pará, loca!”. Dejé y no podía creerlo. Hasta que un mes antes de la pandemia, pité un cigarrillo y cagué”.