En el siempre turbulento mundo del espectáculo, hay pocas cosas tan esperadas y comentadas como los enfrentamientos entre figuras públicas. Sin embargo, a veces surge algo aún más notable: las reconciliaciones. Este es precisamente el caso vivido recientemente entre Edith Hermida y Eliana Guercio, dos figuras prominentes del entretenimiento, quienes decidieron dejar de lado sus diferencias y hacer las paces en un acto mediático que se vio reflejado en la pantalla de Intrusos (América TV).
La disputa que les había alejado había comenzado de manera sorpresiva en uno de los programas más resonados de la televisión argentina, A la Barbarossa (Telefe). Durante la emisión, Beto Casella, figura central del show Bendita (El Nueve), hizo un comentario aparentemente inocente que desencadenó una serie de eventos desafortunados.
Casella mencionó de manera crítica la posición de Guercio en los medios sin darse cuenta de que la exvedette se encontraba presente. Este desliz fue suficiente para encender la chispa de un conflicto que habría de prolongarse más allá de la situación inicial. Guercio, visiblemente molesta, no tardó en responder.
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La exvedette, conocida por su franqueza, le cuestionó a Casella si prefería que abandonara el set de televisión para que él estuviera tranquilo, registrando así uno de los momentos más tensos que se habían visto en la televisión reciente.
Este inesperado cruce de palabras despertó el interés de otros programas televisivos, que no tardaron en discutir y analizar la controversia amplificándola incluso más. El conflicto fue alimentado aún más cuando el nombre de Edith Hermida salió a relucir en los comentarios de Casella.
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Según el conductor, la historia que él conocía acerca de Guercio y su salida del entorno mediático había sido en gran parte proporcionada por Hermida. Guercio se sintió perturbada por lo que consideraba una narrativa incompleta y matizada en favor de Hermida, por lo que el enfrentamiento discursivo se intensificó tanto en televisión como en las redes sociales.
Después de varias idas y vueltas, las tensiones comenzaron a calmarse cuando las dos protagonistas de esta historia decidieron zanjar sus diferencias públicamente.
La citada reconciliación se produjo en el programa Intrusos: "Quiero que este conflicto frene porque no tiene ningún sentido. De mi parte está todo bien, siempre dije que la admiraba, que me parece una mujer increíble", expresó Hermida, denotando una genuina disposición a enterrar el hacha de guerra.
Por su parte, Guercio también aceptó la tregua, señalando que nunca había albergado sentimientos negativos hacia Hermida más allá del malentendido que las había separado temporalmente: "Yo nunca dije nada malo de Edith, simplemente sentí que ya no estaba en el círculo de confianza en la radio y preferí irme".
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