Marcelo Tinelli logró conformar una familia muy bien ensamblada a lo largo de su vida, con mujeres que han sido muy importantes en el ámbito romántico, teniendo hijos con cada una de ellas y hasta logrando una comunión que no siempre se da con tanta naturalidad. Sus ex comparten una buena relación como hemos visto en alguna que otra oportunidad, aunque a veces también es cierto que tienen sus chispazos.
En este sentido, la noticia se da por los encontronazos que empezaron a tener dos de las mujeres más importantes de Tinelli. Hablamos de Soledad Aquino, la primera esposa del conductor y quien es madre de dos hijas -Mica y Cande-, y Guillermina Valdés, una de las últimas relaciones que tuvo el empresario y con quien tuvo a su hijo Lolo.
Para tener un poco de historia, primero debemos remontarnos a 2021, cuando Soledad vivió un serio problema de salud que la llevó a ser trasplantada y estar varios meses internada. En ese momento, tanto Paula Robles como Guillermina se acercaron y la acompañaron en este proceso. Sin embargo, algo pasó que terminó detonando ese vínculo.
Este viernes, la mujer estuvo en Socios del espectáculo y habló de la mala onda entre su hija Cande y Guillermina. Y si bien ella no negó absolutamente nada, entiende que cada una es libre de tomar la decisión que quiere: “Yo con Guille me llevo bárbaro. Nos saludamos para el día de la madre, para los cumpleaños de ambas o para las fiestas”.
CÓMO ESTÁ HOY LA RELACIÓN ENTRE SOLEDAD AQUINO Y GUILLERMINA VALDÉS
Sin embargo, luego Soledad admitió que se dejó de ver con Valdés por simples motivos de distancia. Ella vive lejos de la ciudad y es reacia a manejar, por lo que no están en contacto físico: “Nos dejamos de ver porque no me gusta mucho ir a Capital, eso lo saben todos. La verdad es que si no quedo con Guille es porque vivimos lejos, nada más que eso. Sino, yo encantada”.
Por último, Aquino también habló del vínculo que tiene con Milett Figueroa -la actual pareja de Tinelli-: “Ella es muy amorosa. La crucé y es muy divina. El Cantando no lo veo. Primero porque es tarde y prefiero ver una película, y segundo porque tengo un oído físico con la música que la verdad es que me hace mal”.