Soledad Aquino tuvo un 2021 que fue lamentable. Desgraciadamente estuvo internada varios meses debido a problemas en su hígado y una hemorragia digestiva. Esta situación la obligó a tener que realizarse un trasplante hepático.
Algunas semanas después de haber recibido el alta, la primera esposa de Marcelo Tinelli habló, con la angustia a flor de piel, con la Revista Hola! y recordó a Santiago, el bebé que perdió antes del nacimiento de Micaela. "A los 24 años, con 8 meses y 20 días de embarazo, perdí a mi hijo. Estaba manejando y tuve un desprendimiento de placenta", comenzó diciendo.
Luego, "cuando me llevaron al sanatorio, ya había perdido cuatro unidades de sangre, que es muchísimo. Me desmayé, estuve un mes en terapia intensiva y mi hijo murió. En ese momento, recibí muchas transfusiones y contraje hepatitis C, un virus desgraciado que me amenazó toda la vida", añadió.
A partir de allí, la vida de Soledad no fue la misma y tuvo que aprender a cuidarse porque todo lo que comía le caía mal. "A mediados de marzo del año pasado cuando me descompuse pensé que era más de lo mismo, un cólico. Por suerte mi hermana insistió en llevarme a una clínica, porque veía que no mejoraba ni un poco. Ahí saltó que tenía una hemorragia interna y el hígado ya lo tenía a la miseria. Los médicos me dijeron que tenía que hacerme un trasplante", añadió.
La ex modelo sufrió dos paros cardíacos y los médicos les dijeron a sus familiares que era un milagro que siguiera con vida. "De esta terrible experiencia descubrí que el cariño de la gente, de todos los que te quieren, es lo que te empuja a seguir resistiendo, porque hay un momento dado que sólo se trata de resistir. Ya no podés más y sólo está en vos seguir aguantando un poco más", cerró.