Entre muchas otras cosas, 2020 podrá ser recordado como el año en el que los jurados fueron verdaderas figuras de la televisión. Así como los del Cantando son noticia todas las noches por sus peleas o los de Bake Off lo fueron en su momento por tener que elegir a un nuevo campeón, los del Gran Premio de la Cocina llaman la atención cada tanto por su personalidad, por sus devoluciones o por sus cuestiones personales.
Aunque empezaron sin ser nombres muy conocidos para la gente, se fueron ganando un lugar en la consideración popular y hoy son personalidades casi familiares. Felicitas Pizarro, la presidenta, está embarazada. Uno de sus laderos, Cristian Petersen, jugó un largo coqueteo con la conductora Carina Zampini pero al final presentó a su verdadera novia. El otro es el pastelero Maurio Asta. Y de él nos ocuparemos de ahora en adelante.
Asta es, además de un gran profesional de los dulces y los postres, un muchacho querible. Un hombre sereno, medido, reflexivo y muy muy sensible. Su manera de ser, su forma de expresarse y su estilo para comunicarse tanto con los participantes como con sus colegas le han valido una enorme aceptación. Podría decirse que es el que mejor cae de todos los que participan en el ciclo. El y Juan Marconi para ser más abarcativos.
Felicitas Pizzaro esta embarazada de su segundo hijo. Cristian Petersen acba de presentar joven novia. Asta, en cambio, está soltero. Carina Zampini, la conductora del Gran Premio de la Cocina, hizo de su vida afectiva un indescifrable misterio.
La vida afectiva de Asta era un misterio hasta que Zampini, con motivo del comienzo de la primavera, les preguntó a los jurados qué esperaban de la estación del año que está vinculada con el romanticismo, las flores, los pajaritos, el verde, las temperaturas más cálidas y el solcito más amigable.
Fue entonces que el muchacho abrió su corazón quizás como no lo había hecho nunca antes. Sincero y frontal, pero sobre todo directo, no dudó en manifestar que "en esta primavera en particular lo que quiero es enamorarme, quiero encontrar un amor" dijo y dejó medio boquiabierta a Zampini, quien también ha hecho un interminable misterio de su vida sentimental: si tiene novio o está con alguien son dos preguntas que hace años no tienen respuesta.
Cuando ella salió de su asombro y recuperó el control del programa, quiso saber por qué tenía esa necesidad. "Estoy en un buen momento de mi soltería, dispuesto para recibir a un amor y también para tener diversión" le contestó el repostero, lo que generó otro debate: ¿Cuál de las dos cosas quería realmente?
El más enérgico para hacerle el planteo fue Petersen, quien en algún momento ocupó el interés de las revistas del corazón (Paparazzi, obvio, fue la primera) por el romance que mantuvo con una Maju Lozano que estaba recién separada del padre de su hijo. "¿Pero qué querés al final, amor o diversión?" le espetó el cocinero.
Asta volvió a responder con equilibrio. "Cuando uno está enamorado -les dijo tanto a su compañero como a los televidentes- está más divertido, se predispone mejor, hasta se pone otra ropa". Esa última frase le dio pie a Felicitas Pizarro, quien espera a su segundo hijo, para decir que "es verdad, uno usa menos ropa, está de mejor animo".
La palabra volvio a ser de Petersen, quien aseguro que, efectivamente, la primavera "me pone mas romanticón, es verdad". Asta los veía de costado con esa mirada analítica que ya se le volvió una costumbre. Una marca registrada. Un sinónimo de su personalidad. Una mirada que quizás se ponga tierna si encuentra el amor que está buscando.
