La voz argentina no volvió aún a la pantalla de Telefe, pero ya generó una controversia en las redes sociales. El armado del "jurado" se vio envuelta en una especie de escándalo por una grave denuncia de los fanáticos del Polaco, que acusan a "los Montaner" (Ricardo, Mau y Ricky) de haber confabulado para dejar a su ídolo afuera del programa.
La voz argentina tiene una estructura conocida. De un lado, los participantes que cantan con el sueño de hacerse un lugar en las primeras ligas del música. Del otro, un grupo de reconocidísimos intérpretes que los escuchan y eligen a los que más les gustan para que integren sus equipos.
Para sus seguidores, el Polaco era número puesto como uno de los miembros del jurado después de su exitoso paso por MasterChef, en el que llegó hasta la última semana. El rumor se fue agrandando hasta que muchos, aún sin una confirmación oficial, le dieron grado de verdad hecha y derecha.
El rumor de que el Polaco sería jurado de La Voz fue creciendo hasta que sus fanáticos lo dieron como un hecho sin confirmación.
Quizás por eso el golpazo fue mayor, y más doloroso. A la hora de los "bifes", Telefe oficializó al programa pero con otros nombres. Marley para la conducción, y Lali Espósito, Sole Pastorutti, Ricardo Montaner y sus dos hijos (Mau y Ricky) como jurados. ¿El Polaco? Bien gracias. Para peor, algunos dijeron que podían convocarlo pero como coach de participantes.
Los aficionados al Polaco y al programa lanzaron rápidamente una teoría conspirativa. Según ellos, Montaner confabuló para colocar como jurados a dos de sus hijos, y como el ingreso de ambos quebraba el número habitual de jurados, había que dejar alguien afuera: el Polaco fue el elegido para perder un lugar que parecía tener ganado.
Cuando vieron que su ídolo no figuraba, sus fans acusaron a Montaner y a sus hijos de confabular contra "El Pola".
Las redes sociales se llenaron de mensajes pidiendo justicia y declarando la guerra a los Montaner, tanto al padre como a sus hijos. Y prometiendo "boicot" para el ciclo si es que el polaco, finalmente, se queda afuera de su estructura.