La historia se repite: al final, siempre paga Susana Giménez. Por lo que hace, por lo que deja de hacer o por las acciones de otros es ella la que invariablemente tiene que poner los mangos. Ahora, debe hacerse cargo de las refacciones que Joe Miranda, el ex de su hija Mecha Sarrabayrousse, ordenó llevar adelante en el departamento de quien era su mujer sin tener su consentimiento. Y está furiosa.
Hace un puñado de semanas, Mecha y Joe Miranda se separaron en medio de una tremenda controversia precisamente derivada de ese desencuentro: ella se había ido a pasar la cuarentena en el Uruguay junto a su madre, y él se quedó acá atendiendo algunas cuestiones personales y profesionales. También quedó a cargo del departamento de ella (que está en Palermo y en realidad es de Susana), como se dedica al rubro de la construcción le quiso hacer algunos "retoques" y ahí se pudrió todo.
De acuerdo a las informaciones que dio a conocer el sitio Farándula Show, Joe proyectó un reciclado que nunca contó con el visto bueno de Mecha ni mucho menos del de la estrella. Al enterarse de lo que estaba pasando en su vivienda porteña, Mecha pegó un gritó que cruzó el Río de La Plata y retumbó en Buenos Aires. Más precisamente en los oídos del hombre con el que rehizo su vida sentimental tras romper con Eduardo Celasco.
Las discusiones fueron creciendo en intensidad hasta que en un momento la hija de Susana tuvo "Mecha corta" y no sólo terminó con las charlas sino que también le puso punto final a la relación con el hombre de negocios, quien ya había protagonizado un escándalo de proporciones cuando empezaron a salir. En aquella oportunidad, se viralizó un video suyo agrediendo al odontólogo de ella, llamado Marcelo Carta, a quien acusaba de tener actitudes de "acercamiento máximo" con su pareja.
Pero Miranda no se quedó callado. Antes de irse exigió que se le reconociera el monto de lo que había gastado. Y lo que es peor: quería que le entregaran dólares contantes y sonantes. Uno arriba del otro. Según las palabras que dijeron algunos miembros del círculo íntimo de la vida, el hombre prácticamente "se atrincheró" en la propiedad.
Joe Miranda se dedica a la construcción, encaró una serie de reformas a un departamento que es de Susana y Mecha, y ahora quiere cobrar una abultada suma... y en dólares. Eso encolerizó a la diva.
Y ahí sucedió lo de siempre. La que tiene que hacerse cargo "del muerto" no es otra que Susana, que cuando escuchó la cifra que deberá desembolsar soltó un alarido más fuerte aún que aquel que ya había dado su hija. Dicen que temblaron las paredes. Y que varias veces dijo Joe, pero las palabras que siguieron a ese nombre no se pueden repetir porque sería otro escándalo del demonio.
