"Hace dos años que estoy desaparecida. Y cuesta volver a la guerra, eh. Voy a estar en el teatro y algo haré en la tele. Yo quiero hacer mi programa, pero bueno, si no se puede. La pasé muy mal cuando estuve enferma. Como todo el mundo, pero no estuve bien". Susana Giménez no imaginó que su presencia en los Martín Fierro derivaría en una fuerte polémica. Esta vez, por su vestido.
En el primer evento al que concurre desde que se estableció la pandemia de coronavirus, Susana se propuso regresar "con todo". "A la gente, a los primeros que vinieron a ayudarme en la preparación, la cité a las cinco y media de la tarde. Desde esa hora que estoy preparándome porque quiero lucir espléndida".
A Susana se la veía, efectivamente, glamorosa y sofisticada. No era para menos. Había logrado entrar en un ajustado diseño de Jenny Packham que tuvo como usuaria original Kate Midleton, la esposa del príncipe William de Inglaterra. Entonces, hubo algunos que "denunciaron" la "pirateada" -cuándo no tratándose de los ingleses- y Susana fue blanco de acusaciones y críticas.
Pero también estuvieron aquellos que la elogiaron por animarse a innovar, arriesgar y animarse a ponerse un diseño que fue concebido originalmente para una mujer mucho más joven. "A todos los que están tirando su odio contra Susana, corta: pongánse esa pilcha a ver cómo les queda. La que puede, puede" fue el argumento de los "Susanos" de las redes sociales.
