Tomás Holder no pudo celebrar que duró más en el Bailando que en Gran Hermano, donde lo eliminaron en una semana: su inestabilidad emocional y anímica se volvió una de las marcas registradas del mes inicial del realitie de América, y en vez de brindar con una copa de alguna bebida espirituosa está tomando medicación para su delicado cuadro de salud mental.
Después de superar la primera eliminación y al mismo momento estallar en una aguda crisis de nervios, ansiedad y llanto en pleno vivo del programa -al punto de que fue retirado en ambulancia del estudio- el participante rosarino volvió a las pistas anoche. Presenció la previa y bailó dentro de todo sin problemas, pero mientras escuchaba la devolución del jurado empezó a mostrar signos de un nuevo deterioro. Sobre todo a agacharse, ponerse en cuclillas y respirar de manera acelerada.
Marcelo Tinelli advirtió la situación y le preguntó no una sino tres veces cómo estaba y si se sentía en condiciones de seguir. El le dijo que sí, pero era tan evidente que la estaba pasando mal que el conductor llamó a la mamá de Tomy, la podóloga Gisella Gordillo, para que se quedara a su lado mientras el panel terminaba de darle la devolución.
No alcanzó que Angel de Brito, Paula Chaves, Moria Casán y Marcelo Polino lo alentaran, le pusieran buen puntaje y le acercaran sus mejores deseos. La psiquis de Holder se iba derrumbando a cada minuto y se terminó de desmadrar sin que él pudiera controlarla. "Hago todos mis esfuerzos pero esto aparece y me domina", se sinceró entre llantos mientras Tinelli ya no sabía qué decir.
TOMAS HOLDER SUFRIO UN NUEVO ATAQUE DE PANICO Y MARCELO TINELLI ANALIZA BAJARLO DEL BAILANDO
Pero lo peor vino después. En la pista ya estaban Anita Martínez y el Bicho Gómez con toda su puesta circense (estuvieron casi una hora en pantalla "volviendo loco" a Tinelli con el "bollywood") cuando Holder tuvo que ser asistido nuevamente por los médicos porque no podía salir ni de su angustia ni de los malos pensamientos que lo habían invadido. En su trastabillante camino al vestuario se lo escuchó gritar, insultar y tirar una prenda contra la pared.
A Tomás se lo notó algo irascible, además, cuando uno de los tantos cronistas que se acercan a cubrir cada gala del Bailando pretendió entrevistarlo. "¿Escuchame, me ves así, en este estado, y lo mismo me querés hacer una nota?" le tiró por la cabeza. Enterado de todas estas situaciones, se dice que Marcelo Tinelli analiza "licenciarlo" del Bailando: buscar alguna variante que le permita ocuparse de su estado emocional y una vez que se recupere que pueda regresar, o no si es lo que más le conviene. La catarata de especialistas que pide "no exponerlo más, y menos en esas condiciones" torcería la decisión del conductor de preservar su endeble salud, aun sabiendo que es uno de los participantes que más vienen rindiendo y que más "previa" da con su madre y los otros integrantes de la familia (ayer fueron un tío stripper y su novia bailarina) que se fueron sumando en cada presentación.