La eliminación del domingo sacudió con todo lo preestablecido en MasterChef. Una situación nunca antes vista y que causó muchas sensaciones, desde emoción, hasta cierta pena y tristeza. Leticia Siciliani decidió inmolarse, presionada un poco por el jurado, y le permitió a Analía Franchín continuar en carrera.
Los tres chefs eligieron a la periodista para quedarse en el camino, pero también indujeron a la hermana de Griselda a ponderar sus ganas en comparación con la de su compañera. En un tobogán de sentimientos, Leti prefirió salvar a la comunicadora y terminar su participación en el reality.
El lunes se aguardaba con mucha expectación la reacción de Analía, dilucidar qué postura iba a mostrar, su lenguaje corporal y sus palabras. Apenas arrancó la gala, la ex Intrusos sorprendió a propios y extraños con un homenaje espectacular para Siciliani.
"Hablamos mucho por teléfono, me dijo que estaba muy contenta con su decisión, con lo que había tomado, que sentía que hasta acá había llegado", contó Franchín.
Franchín diseñó una de sus vinchas personalizadas, que la distinguieron durante todo el ciclo, con dos fotos de Leticia. Así, enroscada en su cabello, la periodista se puso a una Siciliani alegre y en la otra faz con un gesto menos feliz.
Rápidamente el set se inundó de aplausos, con caras de mucho orgullo y recuerdo de la participante eliminada. “Entré al estudio sintiéndome rara”, anticipó Analía. Ante la pregunta del conductor Santiago del Moro respecto a su estado anímico tras el salvataje de Leticia, Franchín expresó: “Hablamos mucho por teléfono, me dijo que estaba muy contenta con su decisión, con lo que había tomado, que sentía que hasta acá había llegado”.
"Las dos versiones de Leti, más sonriente, y menos sonriente. Le puse una dona de corazón. Te quiero Leti", expresó Analía.
Luego, la periodista agregó: “Leti se quería ir, yo quedarme. ¿Viste cuando los planetas se alinean? Bueno, se alinearon”. Con un claro gesto de emoción. Después detalló su producción y sostuvo: “Las dos versiones de Leti, más sonriente, y menos sonriente. Le puse una dona de corazón. Te quiero Leti”.