En Las noches de Jey estuvo como invitado Tyago Griffo. El hijo de Gladys La Bomba tucumana contó algunos secretos de la relación con su madre y dio la noticia de un emprendimiento que inaugurarán la próxima semana: un local de auténticas empanadas tucumanas.
El ex participante del Cantando 2020 comenzó admitiendo que su madre suele mandarle audios muy largos y que por eso suele no escucharlos completos: “Me manda audios de tres minutos y para mí son largos”. Contó que suele escuchar los audios que le mandan en uno y medio “cuando es alguien que no me importa meto el dedito para que el audio vaya más rápido pero a mí mamá la escucho en uno”.
Griffo no perdió la oportunidad para hablar del nuevo proyecto junto a su madre. “Está por poner una casa de empanadas tucumanas. Un local físico que se inaugura dentro de una semana en la calle Paraguay”. Sobre las empanadas que se venderán “la receta es de ella pero no se cocinan acá sino que se preparan en Tucumán. Es todo de allá, masa, relleno”. Admitió que aunque no sabe hacer el repulgue de las empanadas “me doy maña, pero la profesional es mamá, yo acompaño.”
El local se llamará con un nombre no muy original pero sí con gran identidad: La Bomba. “Ya estaba puesto el nombre desde antes que tengamos la idea”. Esto dio pie a que recordara que -aunque él no estaba- el sobrenombre de su mamá una vez provocó que la bajaran de un avión. “Si se pronuncia la bomba hay todo un protocolo que se activa. Y creo que una vez bajaron a todos del avión y era porque estaba no lo bomba de Hiroshima sino la Bomba Tucumana.”
De su vida amorosa primero admitió con timidez que “estoy en algo”. Pero luego dijo que “se puede decir novia. Estoy en algo serio ya hace como un año y medio”. ¿Es una relación abierta? “No todavía estamos con la monogamia”, fue su respuesta. “Estamos juntos, vivimos prácticamente juntos con la Vale”, contó. Hacia el final contó un dato no muy conocido de su vida: es fanático del limón: “Me gusta ponérselo a todo”.
El cantante actualmente se dedica a la música de cuarteto. Sin embargo, la influencia de su madre no influyó para lograr más rápido su objetivo. “Creo que la concepción de las personas en general está rumbeada en creer que por ser el hijo de, pero por ahí cuesta un poco más”, contó. “Mi mamá nunca levantó el teléfono para que me llamen, no se lo pedí tampoco. Me dio vergüenza, orgullo. Gracias a Dios nunca me pasó eso. Obviamente el hijo de Gladys voy a ser siempre y eso estoy más que orgulloso”.