La partida de Rodrigo conmocionó al país, y al mundo, en ese junio del 2000. El cordobés apagó su luz en un accidente automovilístico y las lágrimas inundaron a toda la sociedad, a partir del amor inconmensurable que conquistó el artista.
Claro que para la familia el trance adquirió otros tintes, de mucha mayor dificultad. La prensa arrinconó al círculo íntimo, buscó despiadadamente a cualquier precio la palabra de esas personas que más conocieron al cantante.
En ese grupo de almas se encontraba Ulises Bueno, el hoy conocidísimo músico, que es hermano de Rodrigo y en esa época apenas tenía 14 años. El cantante visitó la mesa de Mirtha Legrand, que continúa bajo la conducción de Juana Viale hasta que la diva se aplique la segunda dosis contra el coronavirus.
En ese aparición, Ulises se animó a describir la escalofriante situación que transitó con su madre Beatriz Olave en los primeros días tras la muerte de Rodrigo. Así describió la durísima determinación que habían tomado como familia: "Cuando falleció mi hermano con mi madre pensamos en quitarnos la vida".
"Nos habíamos encerrado en la habitación de un hotel porque la prensa había invadido nuestras vidas de una forma terrible, no sabíamos cómo seguir adelante”, expresó.
En ese relato, Bueno agregó más pormenores: “Nos propusimos todos quitarnos la vida, yo era chiquito. Mi mamá fue la que lo propuso, no sabía cómo seguir. Fue caótico. Nos hacían nota medios nacionales e internacionales, no estábamos preparados".
En cuanto a las sensaciones que se apoderaron de él en ese trance, el cordobés describió: “Fue dolorosísimo. Yo tenía miedo, no quería morirme y dije que había que ponerle el pecho a la situación”.
Y luego contó cómo lloró la partida de su hermano: “Yo me desahogué un montón de veces, después me refugié en el consumo y eso fue terrible porque en vez de valorar a los que tenía alrededor mío me quería hundir con él que no estaba".
