Sorprendentemente, la historia de amor de Karina Mazzocco y Omar El Bacha nació hace 16 años entre verduras, frutas y hortalizas. Es que la conductora se cruzó por primera vez con quien sería su marido y padre de su hijo Malek en la zona de verdulería de un supermercado.
Se miraron, a ella le gustó, y cuando estaba llegando al auto, él se acercó y, amablemente, la ayudó a cargar sus compras. “La verdad es que estuve bastante antipática y medio que me arrepentí de eso mientras manejaba a mi casa”, recordó Karina, en diálogo con Para Ti.
La conductora contó que, luego de mucho remo, flores y bombones de parte Omar, ella accedió a hablar por teléfono y, desde ahí, empezaron su vida juntos. Pero todo este tiempo que pasó no fue un camino de puras rosas para la pareja, dado que debieron transitar “dos grandes crisis”.
“La primera crisis fue al año de que naciera Malek. Yo había dejado de trabajar y eso me debilitó mucho”.
“La primera fue al año de que naciera Malek. Creo que fue más bien una crisis mía que repercutió en la pareja. Yo había dejado de trabajar y eso me debilitó mucho”, contó Mazzocco, que agregó que se sentía “perdida, insatisfecha”, y que le costaba aceptar que ya no generaba dinero.
“Imaginaba que, por haber sido mamá, abandonaba ese lugar de bomba sexual que tenía y perdía el estatus de mujer todo terreno y eso me generaba una enorme angustia”, reveló.
Pero faltaba una dura prueba más para su matrimonio, hacia 2016. “Nadie se enteró y tampoco recuerdo si empezó por algún hecho puntual… Era más bien como que estábamos desconectados: cada uno en la suya”, rememoró la ex Grandiosas.
Sin embargo, hay un detalle de ese momento que a Karina nunca dejó de llamarle la atención: “Nunca perdimos el deseo, siempre seguimos teniendo sexo. Hasta en el peor momento de crisis, cuando casi no nos hablábamos, ese nexo no se perdió”.
Reflexiva sobre las etapas del amor y del deseo, a la luz del camino transitado, Mazzocco admitió que todo cambia con el paso del tiempo.
“Nunca perdimos el deseo, siempre seguimos teniendo sexo. Hasta en el peor momento de crisis, cuando casi no nos hablábamos, ese nexo no se perdió”.
“Yo siempre digo que, al principio de una relación, no podés hacer otra cosa más que tener sexo. Eso, obviamente, va cambiando y es inevitable”, comentó, y agregó: “Pero insisto: creo que ya no es importante la frecuencia sino que nos seguimos gustando, deseando y que lo pasamos bomba juntos”.
¡Muy ardientes!