Guido Záffora fue uno de los nuevos personajes que presentó el Bailando 2023 de Marcelo Tinelli, en esta nueva etapa del conductor y el programa en América TV. Apareció como una verdadera apuesta, ya que pasó a estar del otro lado, del periodista que hace la cobertura al participante que se esfuerza por convencer al jurado.
En este punto, el debut de Guido dentro del Bailando fue sorprendente, logró muy buenos puntajes y de hecho fue de los mejores hasta el momento, demostrando sus habilidades y siendo nuevamente muy elogiado por todos.
El panelista de Intrusos es una verdadera caja de sorpresas. Si bien trascendió como periodista de espectáculos, su plan inicial era hacerse famoso en el mundo artístico luego de estudiar actuación y hasta participar en comedias musicales, algo en lo que se formó de chico.
Para el periodista esta es una segunda oportunidad de brillar que se le presenta en su vida. Picante y un tanto tejedor dentro de su divertida personalidad (tiene que tener una previa interesante también, convengamos eso), sabe que esta chance de explotar su costado artístico es única y no quiere dejarla pasar.
Es por eso que, en una reciente charla que tuvo con la revista Gente y tras su buena primera performance en la exigente pista del Bailando, Guido confesó cómo vivió toda la antesala de su estreno en el camarín. Y en medio de este mano a mano íntimo, se animó a confesar un particular secreto que tiene.
Si bien no posee cábalas a la hora de salir al escenario, a partir de ahora, usará un método que le funcionó en la gala inicial y fue relajarse. Con los nervios claros del debut y ante el bullicio de la gente del estudio, antes de salir por primera vez a la pista: se tiró en el suelo, se puso unos cuencos tibetanos, un sahumerio y agradeció por el camino recorrido.
Pero eso no fue todo, ya que tuvo otra divertida forma de descomprimir todos los nervios de salir a bailar delante de todos: "Y otra cosa que hice que luego me dio mucho miedo, fue tomarme medio de gin tonic. Me dio mucho miedo porque pensé que podía pegarme el alcohol".
Sin embargo, Záffora aclaró: "Pero me tomé un vaso de gaseosa después y se me fue. Así que entre a disfrutar y a divertirme a la pista".
Y confesó su estrategia: "Tenía mucho miedo, pero ese miedo acá fue parte importantísima del proceso, porque realmente fue como saltar al abismo y creo que el salto fue más que auspicioso. Era saltar y salté, y eso me lo valoro mucho. Entonces, esa va a ser mi cábala: relajarme en el camarín antes". El tip sirvió y mucho.