Si hay algo que Karina Jelinek ama con todo su corazón es irse de viaje. Alcanza con chusmear sus redes para ver lo que disfruta su alma viajera cuando sigue la brújula de la aventura.
Por eso, apenas se relajaron un poco las políticas sanitarias por la pandemia, Karina ni lo dudó y se subió al primer avión para aterrizar en Tulum, México, donde celebró Año Nuevo y disfrutó de varias semanas a puro relax, sol y selfies.
“El verano empezó a toda turbina”, anunció Jelinek al despuntar enero, cuando sus planes con amigas en las playas aztecas recién arrancaban y todavía quedaba mucho por descubrir.
Porque la modelo aprovechó tanto el día como la noche para sacarle el jugo a este destino paradisíaco donde no se privó de nada: paseos, días eternos en la arena, risas y fotos al natural, sin maquillaje.
“Aquí, posando en una red colgada a miles de metros de altura, con una sensación única de adrenalina total… pero siempre profesional, posando para la buena foto”, escribió la morocha en una postal que, cual diva de los años ´50, da cuenta de que las experiencias extremas también fueron parte de su programa.
“Aquí, posando en una red colgada a miles de metros de altura, con una sensación única de adrenalina total".
Y, si bien Karina no contó demasiado en sus posteos acerca de lo que hizo en sus vacaciones, quedó claro lo mucho que disfrutó de la hermosa escenografía del lugar para hacer algo que le encanta: ¡sacarse selfies, selfies y más selfies!
¡Mirá las fotos!