Flavia Palmiero es una de las mujeres más distinguidas del país. Durante toda su carrera caminó por el resbaladizo mundo de la fama de la mano de la sobriedad y el buen gusto. A todo nivel: tanto su vestimenta como su manera de expresarse han ido en línea con su personalidad sutil, elegante y sugerente. No le hicieron falta las estridencias ni las explosiones para demostrar que tiene carácter fuerte y convicciones firmes. De las mismas características dotó a su vivienda. Sin "gritar" ni hacer "demasiado ruido" en su exterior, es una de las más destacadas de CABA.
Si las princesas viven en un palacio, Flavia, para muchos la indiscutida reina del publico infantil de la televisión argentina de todos los tiempos, no podía ser menos. Por eso, acondicionó el interior de su casa en Barrio Parque, el más coqueto y sofisticado de "los 100 barrios porteños", al refinado gusto que se le volvió marca registrada desde que asomó a las grandes ligas de la televisión.
Todos los ambientes tienen un par de denominadores comunes: la amplitud y la luminosidad, una combinación inmejorable que los vuelve, antes que nada, cómodos. Como la casa está ubicada en las proximidades de las vías del ferrocarril cuya cabecera está ubicada en Retiro, los ventanales son reforzados para impedir que pasen los ruidos. El descanso y el silencio para leer, mirar la tele o charlar en un clima confortable están garantizados.
En líneas generales, Flavia optó por pinturas, cortinados y demás elementos de decoración en tonalidades absolutamente claras. "Lo que se busca con esas elecciones -aseguran arquitectos y paisajistas- es ampliar los ambientes y no oscurecerlos, por eso se los aconseja tanto". Como si ella misma hubiera escrito eso, la actriz hizo de su casa "un canto a esos lineamientos".
En algunos espacios, por ejemplo, lo único que rompe con esa línea de acción son algunas sillas con respaldos negros. El resto está en las gamas de los claros, que no quiere decir que todo sea blanco. Para nada. Hay elementos en tonos pasteles, hay cosas color camel, y muchas en la gama de los beiges.
Flavia prácticamente no necesito de hacer notas para llamar la atención durante la cuarentena. Un manejo sobrio de sus redes sociales (últimamente está bastante activa en Twitter) le permitió mostrar una serie de cosas. En primer lugar, que el paso del tiempo parece no hacer mella sobre su físico. Por otra parte, estrenó su emprendimiento de venta de bikinis y mallas a través de los sistemas online. Y también se pudo observar su vivienda.
Así, puso especial cuidado en los detalles que amenizaron dos ambientes. Uno es la cocina y el otro es su dormitorio, donde canalizó con ese proyecto su necesidad y su deseo de transformar en hechos las ganas de hacer algo durante el período de Aislamiento.
La frutilla del postre de La vivienda de 320 metros cuadrados, evidentemente, está en el jardín, allí donde ella, su pareja -el productor y cineasta Luis Scalella- y sus hijos (cuando van a verla, porque están grandes y tienen sus múltiples ocupaciones) disfrutan de las cálidas y amigables jornadas de la temporada primavera-verano.
La piscina es extraordinaria y una invitación al chapuzón refrescante cuando las temperaturas y la humedad hacen estallar los termómetros, algo tan frecuente en la ciudad de Buenos Aires. Cuando térmicas se van por encima de los 30 grados y se combinan con porcentajes de humedad cercanos al 70 por ciento, la tentación de explotar contra el agua es difícil de resistir.
Alrededor de la pileta de natación hay un jardín sumamente cuidado hasta en los más mínimos detalles. "Es un sueño" se le escuchó decir a alguien que lo conoce. Incluso, cuenta con un ejemplar de árbol tipa, histórico por sus características y por ser originario de la región.
Flavia echó raíces allí hace rato. En un lugar tan bonito, no debería llamar la atención.
