Hace algunas semanas, Iliana Calabró confirmó que se separó de Antonello Gandolfo luego de casi dos años de relación. Su noviazgo con El Tano llegó al punto final por un tema de distancia ya que él decidió retornar a Italia y ella se quedó en Argentina.
La separación se llevó a cabo porque él había regresado al país europeo por una cuestión de salud de su mamá y, además, por temas laborales de su negocio. Sin embargo, la actriz viajó también a Italia pero para visitar a su hijo y aprovechando la visita se vieron nuevamente con Antonello, con quien tuvo una cena.
Pero instalada nuevamente en su departamento en Buenos Aires, Calabró recibió a Gandolfo quien viajó para nuestro país para continuar con sus negocios. En el ciclo de Pamela a la tarde, Carlos Monti reveló una imagen en donde se veía al empresario italiano con una valija rosa esperando para entrar al departamento de Iliana.
Asumiendo una posible reconciliación, el periodista se comunicó con la actriz, quien sorprendida porque hayan descubierto a Antonello, negó un nuevo acercamiento. “Son tremendos eh. Se compró una valija para llevarse la ropa” disparó la modelo en un mensaje de voz.
Pero ante la insistencia del panelista del programa que conduce Pamela David en donde le preguntó si “ya se llevó todo o todavía falta algo”, determinante Iliana disparó: “Yo no soy ropero de él, así que lo que no se llevó lo voy a meter en una bolsa, que venga el hijo y se la lleve”.
Aparentemente no habría posibilidad de una reconciliación a pesar de que hace poco, Calabró reveló que la mayor problemática para mantener el noviazgo era la distancia: “Soltera y feliz. La verdad es que nos queremos, pero la distancia no ayuda”.
Y además, explicó la decisión de Antonello de regresar a Italia: “Antonello tuvo algunos problemas financieros. No se fundió, como se dijo, pero tuvo problemas por el difícil momento por el que atraviesa nuestro país. Por más que remaba, no terminaba de despegar ni proyectarse en algo en lo que estaba asentado. Trató y trató hasta que decidió irse cuando le surgió una posibilidad de volver a Italia y está allá, encarando algo en otro rubro, acompañado de sus afectos, que es algo que siempre noté en él. Quería acompañar a su mamá, fue difícil no estar cuando murió su papá. Le sucede lo que le pasa a todo inmigrante. Estuvimos juntos hasta mi último día en Italia, pero siento que su vida y su proyección está allá y la mía está acá. Y eso es incompatible. Nuestros proyectos eran incompatibles”.
