En septiembre del año pasado, se conoció la inesperada noticia de la separación de Valeria Lynch después de trece años de casada con Cau Bornes.
En pleno escándalo mediático, la cantante se llamó a silencio y esperó a que el brasileño decidiera irse de la casa familiar. Aunque Thais, la hija de él, se quedó con la creadora de Mujer amante y tantos éxitos más. “Thais me dijo que si algún día me separo de su padre, ella se queda conmigo…”, supo declarar la compositora años atrás. Y el anuncio se cumplió.
Al tiempo se conoció que la intérprete había reiniciado su vida amorosa de la mano de Mariano Martínez. Y si bien la relación entre ellos se afianzó, Lynch todavía tiene una piedra en su zapato: el divorcio de Cau.
Días atrás, se dijo que Valeria y Cau –regresado a su tierra natal- habían empezado el juicio de divorcio de manera virtual, y que iba a ser el primer caso de la farándula que se concretara bajo esa modalidad.
Pero lejos de las informaciones que circularon, que aseguraban que la división de bienes era conflictiva porque Valeria no quería perder dinero y que las audiencias avanzaban vía Zoom –como hoy se llevan adelante muchas transacciones debido a la cuarentena-, por ahora no pudo concretar el deseo.
“No es cierto que se haya podido iniciar el proceso”, aseguró Lynch a su entorno, a modo de aclaración, pero sin ganas de hablar demasiado del tema.
Mientras la artista se dedica a grabar su próximo disco en el mega estudio que tiene montado en su casa con toda la tecnología puesta a disposición de sus creaciones, espera, ansiosa, a que la justicia civil vuelva a funcionar para ponerle fin a su matrimonio con Bornes. Es cuestión de tiempo.