Supo protagonizar diversos tanques de la pantalla chica. Su irrupción en la visibilidad masiva la catapultó a una fama robusta y resonante. Vanesa González ha generado un volantazo profundo en su vida, para alejarse de las luminarias más fuertes, pero sin abandonar su pasión.
La joven, nacida en Banfield, ha formado parte de una enorme gama de tiras de PolKa, en las cuales creó un amor de ficción muy intenso con Gonzalo Heredia por caso, en la producción Lobo. Así como estuvo en otras series célebres como Socias, Son de Fierro y Mujeres asesinas.
Hace un tiempo que Vanesa eligió tomar una distancia, a tal punto que se refugia en diversas actividades, aunque permanece ligada a la profesión a través del teatro, donde se siente como pez en el agua, donde no sufre las secuelas de la extrema exposición.
En una entrevista, González explicó el click que se activó en su mente para bajarse de la pantalla chica. “Sí en una época hacía mucha más televisión que teatro. Después hubo un trabajo puntual en tele que no me hizo nada feliz”, confesó.
En cuanto a más detalles de las razones que la estimularon a rechazar propuestas, la morocha describió con total honestidad: “Prefiero, por ejemplo, dar más clases, antes que hacer algo como actriz que sienta que me daña”. Algo la lastimó, una producción en específico.
Así, multifacética, Vanesa se arrojó al vacío de probar otros oficios, como por ejemplo comprar los derechos de una obra de teatro, de la que todavía no ha iniciado el proceso de armar, pero ha invertido en ese aspecto. Y también en el estudio universitario.
Por eso, González contó sus proyectos académicos: “El año pasado hice el ingreso de la USAM para hacer Antropología y cuando termina, me sale una película dos meses y medio en Ushuaia. Pero tengo mucho deseo de estudiar algo que no tenga que ver con la actuación, necesito hablar de otra cosa”.