El desembarco de Petrona Jerez en Gran Hermano fue con "el pie izquierdo". Porque más allá de los conflictos que empezó a tener con sus compañeros de convivencia por sus ruidosos ronquidos nocturnos, vivió un tragicómico momento al ingerir una especie picante, el wasabi.
"Estudié teatro, desde los ocho años hasta los quince... Estoy casada, tengo una hija que se llama Emi. Mi marido no sabe que me anoté. Se llama Jorge, es cocinero, estamos juntos hace 27 años y lo quiero como el primer día. Si me tengo que separar por 5 o 6 meses, estaría permitido que le sea infiel adentro de la casa", anunció Petrona en un móvil que dio el día que se presentó a uno de los casting, para ser parte del reality show de las noches de Telefe, conducido por Santiago Del Moro.
“Vengo de Tucumán, tengo una nena de 30 años... tengo tres nietos y mi esposo Jorge, con quien he compartido 30 años junto a él. Me gusta mucho la repostería, soy peluquera, depiladora, enfermera, cocinera, hago de todo", contó también Petrona en el programa de Georgina Barbarossa en medio de la selección de participantes para esta edición 2025.
"Soy sonámbula, me quedé dormida en el sillón, me desperté en el baño. Soy de hacer chistes, voy a ser pura risa. En mi adolescencia veía mucho el programa y decía ‘yo algún día voy a estar ahí... No tengo papá ni mamá. Soy la más chica de las mujeres, aparte tengo una hermanita a la que mi mamá adoptó porque era hija de una hermana que la tuvo cuando era soltera”, compartió, también, Jerez.
LA ACCIDENTADA CENA DE PETRONA EN GH
Fue durante la primera cena de bienvenida, mientras los 24 participantes que ingresaron a la casa en esta edición empezaban a conocerse que Petrona vivió un muy mal momento alimenticio. Porque, al parecer, la mujer de 53 años nunca había comido sushi.
Y entre las piezas que eligió para cenar, en un determinado momento Jerez se llevó a la boca un pedacito de wasabi que le generó una incómoda sensación en la boca por el picor que incluye. Tanto que la jugadora tuvo que abandonar por un instante la mesa donde estaba cenando para acercase hasta la cocina a fin de calmar, por lo menos un poco, la sensación que la invadió en su garganta.
