El éxito reluce, pero no siempre se sustenta en una realidad sana, real y orgánica. En muchas ocasiones, la fama oculta mecanismos poco éticos y presiones de toda índole para continuar con la maquinaria de generar dividendos económicos. Algo similar sucedió con la extinta agrupación Bandana.
Virginia Da Cunha juntó valor, respiró hondo y se largó a relatar con lujo de detalles todo el sufrimiento que padeció durante la época de la banda, ese fenómeno que emergió de un reality show y que se convirtió en furor durante años. Lo cierto es que entre bambalinas se cocía un comportamiento horrendo.
Toda esta confesión brotó a la luz en Intrusos, a partir que Rodrigo Lussich exhibiera un fragmento de una especie de charla que brindó Virginia, donde se animó a narrar el maltrato que la sumió en un estadio complejo, con la sensación de pánico y por el que tuvo que acudir a terapia.
En el video, Da Cunha explicó: “Creo que el fracaso que yo siento fue no haber sido feliz, a partir del primer año que me dijeron que me querían echar del grupo que había una suplente y las chicas me bancaron, esos dos años que siguieron trabajé con ese pánico que al primer error te vas, me quedé callada y seguí adelante”.
Visiblemente conmovida, con el recuerdo doloroso impregnado en la piel, la artista agregó: “Llegamos a esa terapia y de algún modo todas estábamos sufriéndolo por igual. Yo creo que el éxito del fracaso fue eso, de que no era el sueño que uno creía, que la gente veía una cosa y en realidad nosotras sentíamos otra”.
En el final, Virginia pudo expresar la sabia decisión que tomaron todas las Bandana, la de abandonar ese proyecto en pos de paz: “Pero bueno cinco mujeres dijimos basta, no les importó ese éxito, buscábamos otro tipo de éxito, a partir de ahí discerní de lo qué se trataba de un verdadero éxito y bueno, fui por eso”.