Ximena Capristo encendió la mecha de un escándalo, que incluye muchas aristas. La ex Gran Hermano posteó en su Instagram una serie de chats de su marido Gustavo Conti con otras mujeres, donde coquetea y planea encuentros, en una clara prueba de infidelidad.
El tema inundó los medios de comunicación, así como desató una oleada de debate en las redes sociales, con voces muy críticas con el accionar del mediático, así como otros focalizaron en la falta de determinación de Capristo para profundizar un distanciamiento.
"Creo que estamos todo el tiempo dejando atrás esa parte que no nos gusta, dejándola morir y sacando lo mejor de uno", dijo Ximena.
Como si fuese producto de causalidad, y no de la casualidad, Ximena decidió en este tiempo de crisis, de dolor, realizarse un tatuaje, pero no uno cualquiera, sino un diseño que engloba un mensaje directo a su esposo. La ex Gran Hermano optó por un personaje mítico, el ave fénix, que se caracteriza por resurgir de las cenizas, por volver de situaciones terminales.
Así, la morocha presentó su huella en la piel, con palabras peculiares: “Siempre renace después de arder en fuego. Qué maravilloso es el ave fénix. Vive. Crece. Aprende. Resiste. Luego se disipa en sus cenizas, de las cuales retorna a la vida, ansioso de encontrar un nuevo amanecer”. Esos términos como “un nuevo amanecer” pareciera referirse a culminar la etapa de matrimonio para personalmente reamarse.
En busca de más profundidad de este accionar, Capristo charló con Ciudad Magazine y explicó: “Creo que estamos todo el tiempo renaciendo, aprendiendo, resistiendo y dejando atrás esa parte que no nos gusta, dejándola morir y sacando lo mejor de uno. Siento que me identifica. Crear mi mejor versión todo el tiempo”.
Entonces si la vedette se percibe similar al personaje mítico podría significar que algo está muriendo en su vida y se avecina una nueva fase, que podría ser lejos de Conti.