El mundo del espectáculo argentino no deja de sorprendernos y esta vez, el epicentro del escándalo se sitúa en el famoso programa de Ángel de Brito. La reconocida panelista Yanina Latorre, célebre por su estilo desenfadado y su afán por el chisme directo, decidió en su programa de radio lanzar una bomba sobre dos colegas, cuya relación ha venido deteriorándose conforme avanzan las temporadas.
En sus declaraciones, Latorre se enfocó en la inquietante distancia que separa a Ximena Capristo de Marixa Balli, dos de sus colegas en el panel de LAM. Con la llegada de Capristo, antigua concursante de Gran Hermano, para llenar el puesto dejado por Nazarena Vélez, se esperaba que el panel mantuviera su habitual compostura.
Sin embargo, Yanina asegura que no ha sido así. Desde los bastidores, las tensiones se han incrementado, evidenciando una palpable fractura en el grupo de panelistas.El relato de Yanina describe un ambiente en el que las diferencias entre Ximena y Marixa no logran más que intensificarse. "Y terminaron odiadas", firmó.
La animosidad es tal, que, según Yanina, una de ellas prefiere abstenerse de asistir a eventos comunes si la otra está presente, dificultando así cualquier intento de camaradería fuera de las grabaciones.
A esto se suma el historial de Marixa, quien no solo ha tenido desacuerdos en el pasado reciente, particularmente con otras figuras como Nazarena Vélez, sino que los problemas parecen persistir aún en la actualidad. Con sorpresa, es notable que, al menos por un tiempo, Marixa y Nazarena hayan conseguido limar asperezas, lo cual, sin embargo, no parece replicarse en la dinámica con Capristo.
Yanina expresa cómo Marixa, por más consejos y alusiones recibidas, no presenta gran interés en solucionar el conflicto en curso; una postura que tiñe el ambiente de trabajo de pesadumbre y frialdad. Curiosamente, en medio de todo este melodrama televisivo, Capristo parece adoptar una postura más pragmática o incluso indiferente.
Según las menciones de Latorre, Ximena opta por concentrarse en sus tareas profesionales sin prestar atención a la atmósfera tensa a su alrededor. Mientras Marixa intensifica el “esfuerzo de marcar diferencias, Capristo se proyecta como alguien que aguanta y soporta, asimilando cada jornada con la mirada puesta en sus responsabilidades diarias en el programa".