Yanina Latorre reveló el motivo de su pelea con Nequi Galotti, con quien fue compañera de trabajo durante tres años. En Los ángeles de la mañana, la panelista aseguró que las diferencias comenzaron porque la ex modelo defendía a Esmeralda Mitre, hija de Bartolomé, quien fuera su esposo.
“La relación con los hermanos siempre fue ríspida… Desde que nació, Esmeralda dijo, porque como ella tiene un problema que no sé si es psiquiátrico, siempre dijo que le tenían envidia porque es rubia de ojos azules. Ella nunca suma, siempre es competencia”, arrancó la rubia.
"Me terminé peleando con Nequi, se fue de acá todo por Esmeralda, porque ella la quiso defender y, al final, mirá cómo le está pagando", contó Yanina.
Filosa como de costumbre, Yanina, cuya hija Lola participa en el actual Cantando 20202, recordó que “Yo era re amiga de Nequi. Me terminé peleando con ella y se fue de acá por Esmeralda, porque ella la quiso defender y al final mirá como le está pagando”.
“Nequi estuvo muchos años, lo cuidó en su lecho de muerte, fue la mujer que más lo sostuvo. Me acuerdo de salir a comer los domingos al mediodía a la Costanera, a Gardiner, y siempre, siempre, Nequi estaba con él, llevándolo. Y Nequi sola, no es que estaban los demás hijos”, remarcó la picante angelita.
"Estábamos distanciadas (con Nequi) porque se había ido de acá, la seguí viendo, yo no la saludaba pero como él (Bartolomé) siempre me cayó muy bien, tenía re buen vínculo", recordó Latorre.
“Ella se ocupaba, lo llevaba, lo traía. Ella se ha ido de acá llorando, venía tarde, faltó un montón cuando lo internaron. Y yo los domingos la veía en Gardiner…”.
“Estábamos distanciadas porque se había ido de acá, la seguí viendo, yo no la saludaba pero como el (Bartolomé) siempre me cayó muy bien, tenía re buen vínculo, yo le parecía una loca graciosa, lo saludaba, iba a la mesa, le charlaba un rato. Todos los domingos no estaba Esmeralda ni los demás hijos, estaba Nequi”, recordó Latorre.
“Y en Europa me los encontré también, en uno de los partidos de la Champions League, él era muy fanático del fútbol. Santos, su hijo menor, muy chiquito, en ese momento tendría dieciséis, diecisiete años, no sabés cómo lo cuidaba. A veces, los adolescentes no son de cuidar a los papás, los subía a las escaleras, lo bajaba, le daba de comer…”.