Zaira Nara volvió a ver a sus hijos, Malaika y Viggo, después de una semana de ausencia. La modelo viajó al exterior por compromisos laborales y el reencuentro fue de los más emotivo en un aeropuerto internacional. "Tuve la suerte de poder elegir mis trabajos, elegir mis momentos, y es necesario eso de sentirte importante, que no todo es llanto o pañal...".
“Aprovecho al máximo las horas que están en el colegio”, se sinceró Zaira sobre cómo capitaliza los tiempos en los que sus dos hijos están en la escuela y ella resuelve todas sus actividades pendientes, sean laborales o personales. "Mi equipo me banca y sabe que todo es hasta el horario escolar. Y obvio, mamá más trabajo. Por ahora no hay tiempo para nada más”.
"Siempre quise ser mamá y mamá joven. Fue a los 27 y me cambió todo... Es muy difícil para la mujer moderna. El tiempo y el cuerpo que uno dedica a sus hijos, hoy estamos a la par de los hombres y hay energía que no sabés de donde sacar", se sinceró Nara, semanas atrás, en Revista Para Ti.
"Me pasó de decir `no quiero que desaparezca el camino que hice por maternar. Yo quería seguir trabajando´. Tuve la suerte de poder elegir mis trabajos, elegir mis momentos, y es necesario eso de sentirte importante, que no todo es llanto o pañal...La paciencia que tenés que tener es un ejercicio de todos los días y hay edades que son tremendas, a veces decís que estás cansada", reconoció la modelo.
COMO FUE EL REENCUENTRO DE ZAIRA NARA CON SUS HIJOS MALAIKA Y VIGGO
Zaira fue invitada por una marca de joyería internacional a recorrer la ciudad de Bangkok, capital de Tailandia, y eso la llevó a estar una semana alejada de sus hijos y dedicada ciento por ciento a su trabajo, a cumplir con presencias y desfiles, y también aprovechó el tiempo libre para pasear.
Y el reencuentro con Malaika y Viggo se concretó en el Aeropuerto Internacional de Madrid. Al ver llegar a sus madre, los nenes corrieron a sus brazos y se fundieron una cariñoso abrazo y beso que duró largos minutos. La emoción fue tan grande que madre e hijos no dudaron en tirarse al piso para "mimosearse".
