La espera terminó y finalmente, luego de tantas expectativas, el lunes 2 de septiembre llegó Margarita, la secuela de Floricienta, a Max. Contentos con esta nueva propuesta que reflotó y dirigió nuevamente Cris Morena los actores se encuentran en plena gira de promoción.
Fue así que luego del especial que se llevó a cabo en el Gran Rex organizado por la plataforma Olga, y en tanto disfruta de volver 20 años después a ponerse en la piel de la malvada que la catapultó entre las más malas de la televisión argentina, Isabel Macedo se tomó un ratito para sumarse a la sección #3minutos+ de Paparazzi.
Distinta de ayer, pero casi igual, como dirían Los Rodriguez, la actriz se refirió a esta nueva experiencia en la tira juvenil siendo que, a diferencia de los años 2000, ahora su presente dista de aquel ya que se casó, fue mamá, se mudó… y hasta se cambió el color de pelo.
“A mis hijas las voy a sentar a ver Margarita. Ya se saben todas las canciones. Ya están al tanto de todo y ahora solo queda disfrutar”, comenzó Macedo quien luego se refirió a la nueva etapa de su vida en la que se encontró nuevamente con hacer un producto para chicos.
DE LAS MAS MALAS... EN LA FICCION
Feliz con su presente personal y laboral, Isabel continuó: “Es muy emocionante. Siempre me gustó esa experiencia que habíamos vivido con Cris, viajes, conocer tantos chicos y realmente atravesarlos. Como artista me va a parecer impresionante haber vivido eso. Que tengamos una nueva oportunidad no hace más que darme felicidad”.
“Mi personaje generaba un amor odio total. A veces pensaba ´que alguien le explique que estoy actuando´. Sino es un embole. A mi me gusta actuar y depende el personaje hay unos que me atraen más que otros. Pero, sin dudas, hacer de mala es una oportunidad increíble. Con personajes que dicen cosas que una nunca diría en la vida con tonos imposibles de alcanzar”, siguió.
En tanto hablaba con pausa y calma, Macedo se explayó: “En algún lado están guardados pero que nunca haría siguió. En la vida real quiero ser esto que soy. A la gente le cuesta acercarse creo que por eso, piensan ésta me va a decir cualquier cosa´”.
Finalmente, Isabel contó cómo se organizan como familia entre trabajo y distancias. “No vamos acomodando muy bien, él trabaja mucho y viaja y me quedo yo. Ahora se queda él, les pone el moño y las lleva al colegio. Sino las llevamos juntos. Se cerró la fábrica, somos miles ensamblados. Mi lugar en el mundo es donde esté mi familia”, remató.